Leyendas de seda

Nos gustan las leyendas. Por lo que cuentan, por lo que evocan.

Hace poco nos enteramos que son numerosas las que hay sobre el origen de la seda. Quizá las más significativas sean las chinas, pero también las hay persas, romanas… Esta riqueza legendaria en torno al origen de la seda es posible que se deba a que durante muchos siglos la antigua China, para mantener el monopolio de la producción, guardó con un estricto secretismo el misterio de la ciencia de la sericultura (ya se sabe, quien tiene el conocimiento o la técnica, domina al mundo).

Si hemos de hacer caso a la leyenda china, en el año 3.000 antes de Cristo ya se tejía seda. Todo empezó cuando un capullo de gusano de seda cayó accidentalmente en la taza de té de la emperatriz Leizu. Al intentar sacarlo de su taza, comenzó a devanar el hilo del capullo, que luego decidió  tejer. Observó la vida de estos gusanos y ella misma enseñó a la corte el modo de criarlos, o sericultura. Así que no nos ha de extrañar que esta emperatriz haya permanecido en la mitología china como “diosa de la seda”.

En principio era un tejido reservado exclusivamente para la familia imperial. Pero pronto se convirtió en un lujo muy demandado por todo el mundo conocido. No hay más que pensar que al conjunto de las principales rutas comerciales entre Europa y Asia se le llamó “Ruta de la seda”. En fin, que se convirtió en un producto estrella en el comercio internacional antiguo, algo así como el iphone de nuestra época.

En la actualidad, además de para ropa de vestir, su elegancia, su suave lustre y hermosa caída la hacen perfecta para algunas aplicaciones de amueblado. Se usa para la tapicería, paredes, alfombras, ropa de cama y tapicerías murales.

Una bellísima y delicada pintura china sobre seda.

Una bellísima y delicada pintura china sobre seda.

Pintura china antigua que representa el batido de la seda.Pintura china antigua que representa el batido de la seda.